Fecundación in Vitro (FIV) – ICSI

¿Qué es la Fecundación in Vitro (FIV)?

La fecundación in vitro es uno de los tratamientos más utilizados en reproducción asistida y consiste en la fecundación de los ovocitos de la mujer en el laboratorio con espermatozoides  de la pareja o de donante, posteriormente el embrión o los embriones resultantes se transfieren al útero para favorecer su implantación y establecer una gestación.

La aparición de la FIV, hace más de 30 años,  supuso la posibilidad de conseguir  gestación para muchas parejas con problemas de fertilidad.

Es una técnica que requiere experiencia por parte del equipo multidisciplinar que la aplica y tener a disposición la última tecnología, para obtener la mayor probabilidad de éxito.

¿Cuándo está indicada la FIV?

La fecundación in vitro está indicada en las siguientes situaciones:

  • El fracaso de otras técnicas, como la inseminación artificial
  • Esterilidad por factor tubárico (las trompas están obstruidas o se han extirpado quirúrgicamente)
  • Esterilidad por factor masculino moderado-severo (en la muestra de semen se recuperan pocos espermatozoides móviles de morfología normal)
  • Endometriosis moderada-severa
  • Esterilidad de origen desconocido

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento de fecundación in vitro incluye diversas fases:

En un ciclo espontáneo (sin tratamiento) una mujer produce un óvulo maduro.

En los ciclos de fecundación in vitro, para aumentar las posibilidades de éxito, se realiza una hiperestimulación ovárica controlada, que requiere la administración de un tratamiento hormonal. De este modo se obtienen un mayor número de folículos maduros (que contienen óvulos en su interior), lo que comporta un mayor número de embriones y mayor posibilidad de gestación.

El tratamiento hormonal utilizado son las gonadotrofinas, que son hormonas similares a las que, de forma fisiológica, circulan en la sangre de una mujer, y los antagonistas de GnRH, que evitan que los folículos se rompan antes de la punción ovárica. Todos estos fármacos se administran por vía subcutánea (una-dos inyecciones diarias en el abdomen).  La estimulación ovárica se inicia con la regla, durante los primeros días del ciclo y suele durar de 10-14 días.

Se debe individualizar el tratamiento para cada paciente, indicando la medicación y la dosis más adecuada a cada mujer, en función de la edad y la reserva ovárica.

Para valorar la respuesta al tratamiento, se realizan controles a días alternos , en forma de monitorización ecográfica y analítica sanguínea (determinación hormonal) y así poder ajustar la dosis a la respuesta que presenta la paciente.

Cuando los folículos ya han crecido, se administra un último inyectable de HCG que favorece la maduración final del folículo y se programa la captación ovocitaria a las 36 h.

La recuperación ovocitaria se lleva a cabo mediante una intervención ambulatoria sencilla, de pocos minutos (10-15) de duración, bajo sedación para que resulte absolutamente indolora.

La punción folicular se realiza por vía vaginal, bajo control ecográfico.  Durante la misma, se aspira el contenido de todos y cada uno de los folículos que han madurado tras el tratamiento de estimulación ovàrica. A continuación la bióloga procede a la identificación de los ovocitos a partir del líquido folicular.

Tras la punción ovárica, se procede a la capacitación del semen , para separar los espermatozoides del plasma seminal, seleccionarlos y que estos puedan activarse y adquirir la capacidad fecundante.

La fecundación in vitro (FIV)  consiste en facilitar la fecundación del óvulo por el espermatozoide en el laboratorio. Puede realizarse mediante dos técnicas:

  • Fecundación in vitro con inseminación convencional
  • Fecundación in vitro con microinyección espermática (ICSI)

Después de la fecundación, los embriones se mantienen en medios de cultivo que les aportan todo lo necesario para su desarrollo, en incubadoras, con condiciones controladas de temperatura, luz, pH, O2, CO2…

Al día siguiente de la punción (a las 17-20 h) la observación de dos pronúcleos al microscopio (uno corresponde al material genético femenino y el otro al masculino) confirma la fecundación del ovocito.

Los embriones se mantienen en cultivo durante 2,3 o 5 días,  valorándose tanto el ritmo de división como la morfología embrionaria.  No todos los embriones presentan la misma calidad, y la selección de los embriones para transferir se basa en criterios morfológicos.

La transferencia consiste en la introducción de los embriones, seleccionados previamente por su desarrollo en el laboratorio, en el interior del útero de la paciente.

Es un proceso rápido e indoloro que no requiere anestesia, salvo en casos excepcionales. Se realiza guiado por ecografía abdominal, con la ayuda de un fino catéter que nos permite depositar los embriones en el fondo del útero de forma precisa y atraumática.

El número de embriones a transferir es una decisión conjunta entre el equipo del centro y la pareja, basándose en múltiples factores como son: la edad de la mujer, la causa de esterilidad, si hay gestaciones o tratamientos  previos, el número y calidad de los embriones … La ley de reproducción asistida permite transferir un máximo de 3 embriones; sin embargo hoy en día la elección se establece entre transferir uno o dos embriones.

Dos semanas después de la transferencia se realiza la determinación de BHCG en sangre para confirmar la gestación.

Si, tras haber seleccionado los embriones transferidos, existen otros embriones de buena calidad, se crioconservarán con la finalidad de transferirlos en un futuro. Si hemos tenido éxito, nos permite la búsqueda de una nueva gestación en el futuro;  y sino,  la criopreservación aumenta las posibilidades de éxito del ciclo, dado que nos permite un nuevo intento sin requerir estimulación ovárica ni punción folicular.

La criopreservación se realiza en nitrógeno líquido, mediante la técnica de vitrificación.

En ocasiones se realiza la transferencia diferida en el ciclo de FIV, que conlleva criopreservar los embriones sin haber transferido ninguno,  porque el endometrio no es idóneo o por el riesgo de presentar síndrome de hiperestimulación ovárica.

¿Qué dos técnicas de fecundación in vitro existen?

Fecundación in vitro clásica

En el laboratorio se pone en contacto cada ovocito con  una concentración determinada de espermatozoides, y la fecundación se produce por sí sola, igual que sucedería en las trompas de Falopio.

Fecundación in vitro mediante ICSI (intracytoplasmic sperm injection)

la inyección intracitoplasmática de espermatozoides consiste en la introducción del espermatozoide seleccionado por la bióloga en el interior de un óvulo maduro para conseguir su fecundación, gracias a la ayuda de un microscopio con equipo de micromanipulación. La ICSI requiere un equipo de embriólogos experimentados y una tecnología de laboratorio más sofisticada que la FIV clásica.

¿Cuando se aconseja realizar ésta técnica?

  • Existe un factor masculino severo (bajo número de espermatozoides, con poca movilidad, morfología anómala).
  • Factor inmunológico seminal.
  • En  muestras seminales valiosas, por ejemplo: en pacientes que se van a someter a tratamientos de quimio- radioterapia.
  • Cuando se dispone de pocos ovocitos.
  • En la esterilidad de larga evolución.
  • Cuando previamente hay un fallo de fecundación con la técnica de FIV clásica
  • Cuando se requiere diagnóstico genético preimplantacional (DGP).

Habitualmente los espermatozoides provienen del eyaculado pero esta técnica también se puede realizar con espermatozoides obtenidos del testículo.

¿Cuáles son las probabilidades de éxito?

La posibilidad de gestación en un ciclo de FIV depende de múltiples factores, pero muy especialmente de la edad de la mujer y de la reserva ovárica. Como término medio la tasa de gestación en ciclos de FIV oscila entre 40-50%, aunque a partir de los 40 años esta tasa se reduce considerablemente.

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